viernes, 19 de febrero de 2010

El Castillo de Naipes

Antonio Alemany Dezcállar, es un periodista mallorquín, que acaba de ser la penúltima “victima” del juez estrella mallorquín, conocido en nuestro medio profesional con el mal nombre o mote de “el justiciero”. Hace años que sigo las hazañas de estos dos personajes, a uno por que le admiro al otro porque lo desdeño.



Alemany ha publicado  su experiencia con el dicho juez, porque tiene el poder publicar en un periódico debido a su prestigio profesional, ganado a pulso por su buen hacer. El otro ha ocupado las páginas de nuestra prensa local por sus actuaciones profesionales mediatizadas por la notoriedad de los personajes que pasan por su Juzgado o por sus “excentricidades” procesales (caso contable de última hora por ejemplo) . Por lo tanto ambos son personajes públicos por su profesión.

No voy ahora a descubrir que Antonio Alemany es un periodista valiente, con el que coincido en su anticatalanismo y en muchas cosas más, incluso gracia a él he descubierto que mi antiguo proveedor del “mundo obrero”, el en otra hora clandestino Pep Vilches  sigue vivo y coleando.

De mi conocimiento del Juez, prefiero guardar prudente silencio, no porque le tenga miedo, que por algo lo lleve ante el Supremo, sin que me dieran la razón, por actos más graves, según es mi opinión, de los que ahora se queja Alemany, pero si tengo que hablar del juez tendría que hablar de cosas que comprometen a terceras personas, así que prefiero callar.

Alemany se queja de la actuación inquisidora del Juez, que es algo muy corriente en la jurisdicción penal, cuya ley de enjuiciamiento debería de ser modificada para proteger al ciudadano de policías, fiscales y jueces inquisidores, y creo que se queda corto en su censura. No sé, si porque no se dio cuenta, o porque prefiere esperar a que venga Matas y le tire el castillo de naipes que entorno al Palma Arenas se ha montado el juez estrella mallorquín.

Según me cuentan gentes cercanas al tema, el problema procesal que tiene el instructor es que siendo cierto el desaguisado administrativo del Palma Arenas y habiendo algunas irregularidades en la forma de contratar y circulando algunas comisiones entre los responsables de tal magna obra pública, no hay nada certero que establezcan que el ex presidente Matas se hubiera llevado ni un euro. Así que siendo igualmente cierto que el palacete de Matas está lleno de irregularidades fiscales, como pagos sin factura, si el Sr. Matas prueba el origen de ese dinero, el tema penal para Matas desparece, pues se queda en una irregularidad administrativa fiscal. Por lo tanto el súper caso de corrupción del partido popular en Baleares y de su ex presidente, se cae como se cae un castillo de naipes. Por eso que el instructor esta rebuscando los hilos que conecten el Palma Arenas con el Palacete de Matas, buscando los indicios que conviertan las sospechas en evidencias. Y en ese rebuscar se ha encontrado con Alemany, que de refilón sale en los papeles del Palma Arenas y por eso ha salido del juzgado como imputado, poniendo sus bienes de fianza y sin pasaporte.


Lo increíble es que todavía no se haya permitido al Sr. Matas explicarse, claro que a lo mejor es porque, de forma premeditada, se quiere que esta historia aparezca como un culebrón de corrupción cuando en realidad es un simple desmadre administrativo producido por las prisas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La instrucción de un procedimiento judicial y los tiempos corresponden al juez instructor, nos guste o no. Lo que pasa es que a Jaume Matas le interesa comparecer cuanto antes, sobre todo para saber de que va la cosa y, quien sabe, utilizar la información para defenderse mejor. No es casualidad que sus anteriores compañeros de gobierno apunten el dedo indice hacia el, que no el corazón.