Recordando a Cicerón

Con motivo de la salida de tono del Ayuntamiento de Vic sobre el empadronamiento de los extranjeros sin papeles   ya comente que el padrón tiene hoy día una función de herramienta administrativa que permite a los gestores municipales hacer el análisis y la evaluación demográfica, que es  necesario para proyectar, establecer y desarrollar sus políticas de gobierno municipal.

Comente también en mi antiguo blog  que muy pocos políticos de Baleares con responsabilidades  públicas, excepción hecha actualmente del alcalde de Calvia Carlos Delgado, han sido sensibles a la realidad social de estas islas que han sufrido un gran crecimiento demográfico tras el boom turístico de los años 60 , produciendo el dato de que en los últimos 40 años se habrían  duplicado la población, lo que  viene a suponer que  el aporte fundamental de este crecimiento proviene de los que hemos venidos desde el resto del mundo a vivir y a trabajar en estas Islas. Y recordaba en aquel entonces a  un Asesor Laboral y estadístico, buena gente y mejor persona, que llego a ser Director  General de Economía del  “Gover balear”  en 1999, y hoy esta fallecido, se trataba Antoni Monserrat i Moll, que en una ocasión que coincidí con él en un vuelo de Mahón a Palma me revelo su predicción de que ““Si seguimos con la actual tendencia de llegada de personas de fuera de Baleares  en cinco o siete años los habitantes de las islas de origen no balear sobrepasaran a los de origen balear”

El ayuntamiento de Palma acaba de publicar el estado del Padrón municipal al 1-1-2010 y resulta que en este ayuntamiento convivimos 426.526, personas gentes procedentes de 156 naciones de los cuales solo el 49,93 por cientos han nacido en las Islas Baleares, lo que supone que al estar incluidos en ese porcentaje los hijos nacidos aquí de los que somos “forasteros” , los habitantes empadronados en Palma nacidos en las islas baleares de padres de origen netamente mallorquín, estaría en torno al 35 por ciento del total del padrón.

Así que no solo confirmo la validez de la predicción de Toni, sino que además se me ocurre plantear cual es la razón por la cual la mayoría de la población debemos de sufrir la inversión a la lengua y cultura  catalanas  que pretenden nuestros políticos locales. Es evidente que las cifras del padrón de habitantes indican que la nuestra es una población pluricultural   y por lo tanto cualquier imposición cultural de la minoría sobre la mayoría solo tiene su razón  en una acción de neocolonialismo político   organizada por quienes tienen afinidades pancatanalistas  que creo que  se debe combatir, con la denuncia y la acción política, por quienes creemos en la libertad sin fundamentalismos de ningún tipo y ni condición.

Quienes quieren imponer a una población, mayoritariamente de origen no catalán,  la lengua y la cultura catalanas lo que hacen es practicar una suerte de imperialismo nacionalista que parte de un hecho inexistente cual es una supremacía de la cultura catalana sobre el resto de las culturas que pueden encontrarse en este territorio, como la mallorquina o la española. La tabla estadística demográfica sobre el lugar de nacimiento de los que integramos el padrón del ayuntamiento de palma de Mallorca a día 1 de Enero 2010, demuestra que no hay tal supremacía catalana.

Por lo tanto es fundamental que quienes vivimos  en este territorio rechacemos esa inversión cultural que se pretende por los políticos locales y les  reclamemos el derecho fundamental de que se imparta la educación de nuestros hijos en la lengua que escojamos los padres, que es lo que motivo la manifestación de 15.000 personas celebrada en Palma para exigir tal derecho y  que se recoge en este vídeo:

Por eso considero esencial el apoyar, como yo hago desde mi independencia política,  a las iniciativas ciudadanas que luchen por el reconocimiento del derecho a la elección de la lengua en que educar a nuestros hijos, como el circulo balear   Galicia bilingüe  o Convivencia cívica catalana   , porque este es un derecho por encima de la ideología de izquierda o de derechas de los  partidos políticos, por pertenecer al derecho natural universalmente aceptado por todos los seres humanos, de cualquier raza o cultura.

El hecho de que las leyes que nos han impuesto, por la necesidad de mantener en el poder con los votos de los partidos nacionalistas, puedan respaldar tan inversión cultural, me hace recordar lo dicho por  Cicerón filosofo y jurista romano anterior a Cristo, que  escribió:

“Sería absurdo pensar que todas las leyes e instituciones son justas. ¿Acaso son justas las leyes de los tiranos? Si el fundamento del Derecho lo constituyera la voluntad de los pueblos, las decisiones de sus jefes o las sentencias de los jueces, entonces el Derecho podría consistir en robar, cometer adulterio o falsificar testamentos, si tales acciones fueran aprobadas por votación o por aclamación popular. Hay, por el contrario, una distinción entre ley buena y ley mala que sólo puede hacerse desde el criterio de la naturaleza.”

También  Tomás de Aquino , filosofo cristiano,  definió por justicia como el cumplimiento de dos tipos de leyes: la ley positiva, promulgada por el legislador humano, y la ley natural, impresa por la evolución en la mente del hombre .

Por lo tanto ante un hecho comprobado como el resultado del padrón de habitantes, lo que deben de hacer los responsables políticos es buscar los elementos que unan a los miembros de la población existente en el territorio, en este caso el del Ayuntamiento de Palma de Mallorca.

La labor de imposición de  los elementos culturales  se realiza sobre el niño de forma primaria en la familia por lo tanto parece algo natural que sea esta familia la que pueda escoger la lengua por medio de la cual reciba ese niño la instrucción escolar reglada que se paga con los impuestos que pagan sus padres. Por lo tanto siendo el español la lengua más conocida por los habitantes de municipio  de Palma de Mallorca parece natural y obvió que los padres escojamos la misma como lengua vehicular en la que se imparta la instrucción escolar publica de nuestros hijos. 

Y por lo tanto es lógico que consideremos que la ley positiva promulgada por los políticos locales que nos impone la lengua catalán en la escuela pública sea una ley dictatorial